Ingredientes:
- 1 Malanga mediana
- 1 cebolla morada
- 3 dientes de ajo
- 1 cucharada de sal himalaya o marina
- 1 tomate grande
- 1 zanahoria mediana
- Hojas de albahaca al gusto para decorar
- 1 cucharadita de aceite de oliva extra virgen
- 1 cucharadita de aceite de coco
Preparación:
Primero puedes pelar la malanga y cortarla en cuadritos para luego meterla en una olla con agua para cocinarla a fuego medio – alto. Mantén la olla sin tapar para evitar derrames.
Simultáneamente corta la cebolla en pedacitos y el ajo. Calienta un sartén y ponle una cucharadita de aceite de coco luego de que el coco se derrita agregar la cebolla y ajo. Esperar a que se cocinen a fuego bajo. En ese mismo sartén agregar el tomate en cuadritos y la zanahoria hasta que se suavicen a fuego medio.
Cuando ya esté la malanga suave, puedes apagar la olla y taparla. Dejar que se enfríe.
En una licuadora agregar la malanga y el agua que usaste para cocinarla (verificar que no este caliente). Agregar todo lo del sartén (cebolla, ajo, tomate y zanahoria) y licuarlo.
Servirlo en un recipiente de vidrio y agregar el aceite de oliva, sal y hojas de albahaca al gusto.
PD: puedes comerla así como una crema o la puedes usar para una salsa de tomate para pastas.
Beneficios:
La malanga o taro es una raíz que aporta muchísima energía, antioxidantes y fibra. Ayuda al corazón, a la digestión y a reducir la inflamación o dolores.
Contiene hierro, potasio, calcio, vitamina A, B1, B2, C.
Se le llama como la sustituta perfecta a la papa porque su índice glicémico a diferencia de la papa y el arroz es muy bajo por su alto contenido de fibra que mantiene los niveles de insulina y glucosa.
Información tomada de natural news
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